viernes, 20 de mayo de 2011

El pueblo, unido.

Fotografía extraída de www.neorrabioso.blogspot.com



Todavía es posible pensar en un manojo


de manos sintiéndose puño en nuestras bocas


y escalando el aire a cámara rápida


como rosas rojas en un documental de la 2.




No queda tiempo, sin embargo,


para seguir doblando la rodilla


mientras limpiamos puntas de zapato con los ojos


y nos llueven virutas de hierro.




Sabes, sé y saben que aun podemos


escribir un guión en el que la única


genuflexión válida sea la de una lengua


tendida sobre el silencio íntimo de un cuerpo.

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